Instante Sónico
CHANDELLIERS IN THE SAVANN
Neon Blonde
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Así reinstaura Neon Blonde nuestra fe
en lo salvaje, en lo despiadado, en
el resultado puro de la creación
instintiva. Así, mediante el aluvión
de temas que conforman esta brutal
entrega: Chandelliers in the Savannah.
Es como si toda la rabia, toda la angustia juvenil que uno creyera perdida entre las corrientes complacientes que plagan hoy el indie rock, fuera desenterrada de una súbita y colérica patada. Y si bien este disco no es la pieza iniciática del dúo Whitney / Gajadhar (ambos llevan años mostrando furor en su banda alter ego, The Blood Brothers), el resultado es una música salida de ninguna parte y que corta de raíz los nexos con anteriores proyectos musicales.
La descarga inicia con Black Cactus Killers; tema de matices ofensivos hasta el hartazgo, donde los riffs minimalistas y desenfadados, acompañados por una cruda percusión acelerada dan rienda suelta al griterío descarnado de Johnny Whitney (muy similar a los frenéticos espasmos de Jennifer Herrema de Royal Trux o –guardando las diferencias de registro- la demoníaca voz de Diamanda Galas) quien canta como si su vida estuviera pendiendo de un hilo. Raras veces uno puede encontrar una obertura de semejante potencia marcando la pauta del estilo radical de la entrega. Hasta los las piezas más pausadas y melódicas, como Headlines o Chandelliers and Vines (la cual hace recordar por momentos al Hunky Dory de Bowie o a sus pares de Mott the Hoople por sus melodías de piano lentamente llevadas hacia un clímax de rock delirante) nos sorprenden en el nivel experimentación, que llega a sacrificar los ya de por si poco accesibles y disonantes arreglos.
El resto de sorpresas arremete igualmente y sin piedad. Cristal Beaches Never Turned Me On nos introduce a una faceta de bases electrónicas. Aquí, y en sus pares The Future Is a Mesh Stallion y Love Hounds las percusiones y caja de ritmos toman un rol preponderante y que no nos permiten salir del espiral hipnótico. Los coros con aire a niñez de Cristal Beaches… le dan un matiz onírico, irrisorio y por momentos espeluznante que unido nuevamente al desesperado canto de Whitney, se vuelve una advertencia que desafía toda regla. A esas alturas ya se siente como si los autores estuvieran fieramente recelosos y a mitad de cada canción dispararan los instrumentos arremetiendo contra todo. Inclusive los temas más convencionales, o con mayor estructura –si es que a algo se le pueda tildar de “convencional“ en este disco- llevan una carga energética tan potente, sin artilugios técnicos ni falsas poses, que le dan al conjunto una gravedad y urgencia difíciles de encontrar en la música actual.
Neon Blonde viene a ocupar un puesto en la corriente renovadora dentro del poco espacio de experimentación y desfogue, junto a pares de la altura de !!!, Out Hud y Xiu Xiu. Desde allí, estos muchachos nos llevan de la mano por un paisaje de melodías desenfrenadas que no dan tregua. Chandelliers in the Savannah es el impacto sonoro de lo inestable, de lo caótico, y sin embargo poseedor de una sublime originalidad que lo deja a uno con pleno interés en captar un poco de esa fuerza vital. La prueba más rotunda de esto, son las ganas incesantes de volver a Black Cactus Killers mucho tiempo después de haberse ido a dormir.
Escrito por: Oliver Glave
+ INFO
- Website de Neon Blonde
- My Space de Neon Blonde
- Neon Blonde en video (1), (2)
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