Imagen Fantasma
OUVREZ LES YEUX, un monsieur GONDRY
Los Sueños en Michel Gondry y los Caballeros que no Despiertan
(parte 1)
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Cuando sueñas, el mundo
toma un nuevo orden donde
arriba no es arriba y lo
lógico deja de existir,
de ser una carga en tu
espalda. Cuando cierras
los ojos, el camino más
corto de un punto a otro
puede ser cualquiera que tú desees.
Si hay algo que domina este mundo onírico son tus recuerdos y tus pulsiones: lo que siempre quisiste ser, lo que siempre odiaste y lo que siempre temiste. No hay reglas ni orden aristotélico: solo impulsos, recuerdos y proyecciones, todo mezclado sin tiempos, líneas ni destinos… Pero siempre entendible en tu cabecita soñadora: en tus sueños recibes el orden y das el orden.
A lo largo de la historia, la humanidad se ha preguntado sobre los sueños y ha buscado interpretarlos. Toda tu vida te haz preguntado y haz interpretado tus sueños.
Y si en el cine podemos encontrar el reflejo de las preocupaciones humanas (como el miedo político, el odio a la represión, la fuga al control, el escape al tedio), hoy en día el francés Michel Gondry puede ser el claro ejemplo de la legendaria interrogante del ser humano sobre este mundo de sueños... Proveniente del mundo del videoclip (habiendo trabajado innova-doramente con Bjork, Masive Attack, Cibo Matto, Daft Punk, Chemical Brothers), las creaciones de este director francés no analizan fríamente un fenómeno ajeno. No. El cine de Gondry vive las historias como sueños, guiando a sus personajes por emociones como el amor, el miedo, la desesperación o la ruptura del corazón. Estas emociones trastocan su vision de lo real y la fragmentan, alterando su presente, pasado y futuro e imprimiendo un orden generado por las pulsiones.
Muchas veces estos personajes pierden la cabeza y al ver su realidad alterada, borran el control de su vida y caen en un torrente emocional, una fiebre que los sube y los baja y los vuelve a subir, yendo y viniendo en la búsqueda de un amor que, esperemos, llegue algún día y calme un corazón desequilibrado y confundido. Esta sensibilidad caótica, bajo el prisma de Michel Gondry, se plasma en un planteamiento visual y dramatúrgico fragmentado y a simple vista desordenado, que escapa a todo orden tributario de Aristóteles y su inicio-plot-medio-plot-desenlace. El mundo Gondry se expresa mediante escenas de vida, células de sensaciones intertemporales y atemporales, unidades aisladas que generan un sentimiento y cobran una tonalidad mayor al mostrase como un todo hacia el final de la película. No se expresa paso a paso, sino como suma de partes, como un total que se entiende a partir de la union de imágenes a veces incomprensibles en su particularidad. Va de un plano ¨real¨ a un plano ¨onírico¨ sin códigos ni transiciones que lo marquen sino con la misma naturalidad con que uno cambia de plano existencial cuando tu propia vida se desenfrena y el límite entre tus sentimientos internos y tu expresión externa desaparece. Podríamos decir que el narrador de la historia se mimetiza con la cabeza de los personajes y percibe el mundo como estos lo sienten, perdiéndose en su velocidad y en su caos… Porque del caos saldrá el orden y el orden no es racional sino intuitivo y sensible.
Si bien muchos pueden tildar a Gondry de posero, pop star o postmoderno floro, tras superar una sospecha inicial le hemos agarrado cariño. Hasta se puede decir que lo queremos, y lo queremos simplemente porque sus películas nos emocionan, porque tras su ligera frialdad francesa hay un pequeño corazón latiendo bajo la figura de Kate Winslet y Kirsten Dunst en Eterno Resplandor de una Mente Brillante, o encarnado en Gael García Bernal y Charlotte Gainsbourg en La Ciencia de los Sueños… Porque más allá de trucos de edición, ideas ¨novedosas¨ o soundtracks sugestivos (tema clave para un artículo propio), nuestros ojos pueden percibir la carga emocional de una memoria robada, de una novia desaparecida o de un amor sublimado.
Y a estas alturas del artículo, cuando ya hemos expuesto nuestro agrado por el cine de Gondry, nuestra emotividad antes sus historias y nuestro placer ante su puesta en escena sugestiva y sensorial, cabe aclarar que tampoco creemos que este señor sea el centro del universo ni el hijo iluminado del mundo onírico. Los films de Michel Gondry nos gustan mucho, sí, pero tenemos claro que ellos no inventaron este cine de los sueños. No, no, no muchachos.
Pasemos a hablar de los caballeros que vivieron soñando sin despertar. Desde los inicios de la cinematografía mundial ya encontramos al muy querido George Meliés con sus efectos especiales que hoy nos causan tanta gracia por su ingenuidad pero que son el inicio claro del cine como ficción y fábrica de fantasías (diferenciándose de los hermanos Lumiere, a quienes los críticos emparentan con la paternidad del cine documental… cuestión de perspectivas). Si bien estamos hablando de los inicios del cine, y las intensiones del señor Melies no eran más que entretener y experimentar con el rudimentario cinematógrafo, podemos proyectar en sus cortometrajes la interrogante del ser humano sobre lo que hay más allá o sobre los lugares oscuros de la mente en el más acá. No refleja al hombre que sufre en su cuarto terrenal sino al joven que viaja a al luna o desciende a los infiernos cada vez que cierra los ojos en su cama. El sueño de una nación: conocer los secretos, las verdaderas respuestas sobre la existencia del hombre. Y eso se refleja en la iconografía utilizada, imágenes a veces naif, a veces burdas, aunque siempre en calidad artística de show (de antaño): este cine no buscaba un respaldo científico o psicoanalítico a sus creaciones sino una conección directa con los sueños de sus espectadores mediante historias de fantasia y narración estimulante.
Extracto de Eclipse de Sol en Plena Luna de Georges Melies (con música adicionada por algún cibernauta
Tres décadas después nos encontramos con uno de los directores más queridos pero a la vez menos prolíficos. Su nombre era Jean Vigo y con sólo un largometraje y un mediometraje entró a la historia del cine. Con una narrativa que en momentos escapa del cuento clásico y se identifica con el surrealismo, toca pasiones humanas y muestra cómo estas escapan a la imagen de lo real, desplegando un planteamiento visual arriesgado y novedoso con cámaras lentas, cámaras rápidas, sobreimpresiones, cámaras en retroceso, personajes fuera de contexto, etc... Así, en El Atalante vemos como la realidad muta en una percepción de un amor suigeneris y loco. O en la joyita Zero en Conducta, centrada en el mundo infantil de un colegio y las mentes de sus niños intentando escapar a las rejas de la conducta y el deber ser... La rebelión de los niños en la escuela es una rebelión contra toda lógica totalizante, y así los escolares generan caos no sólo contra las reglas de la institución si no contra los patrones de eso que el espectador puede llamar naturalismo. Así, Jean Vigo tiene de ternura y cariño por los niños (igual que Truffaut años después), del amor loco a la manera de los artistas malditos (habla Rimbaud), de vena surrealista (la mayor expresión de la búsqueda del mundo de los sueños) y de subversion visual… Todo unido en una de las cinematografías más cortas pero a la vez más líricas de la historia del cine. Esa es la palabra: Lírica. La lírica del sueño.
Extracto de Zero en Conducta de Jean Vigo
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>>> CONTINÚA >>>
En la próxima edición de TU FANTASMA podremos leer la segunda parte de este artículo. Conoceremos un poco más sobre monsieur Gondry y los Caballeros que no Despiertan.
Escrito por: Francisco Alvarez
+ INFO (Pronto en Ojo Fantasma TV)
- Trailers de los Films de Michel Gondry
- Videografía Selecta de Michel Gondry
- Cortos de George Meliés
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1 comentario:
Gondry es un maestro. Esa camada de directores de videoclip (chris Cunningham y Spike Jonze) estuvo muy buena, mejor que las siguientes...
JONÁS
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