Imagen Fantasma

LA PLENITUD PROPIA
Recordando Memorias del Subdesarrollo 40 años después





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Recuerdo cuando hace ya muchos
años una película cubana remeció
mi cerebro con su propuesta
vertiginosa. Fue su edición,
fueron sus cuestionamientos
mentales… Irse o no irse,
combatir o consentir. sufrir o
vitalizar… Se llamaba
MEMORIAS DEL SUBDESARROLLO y
este mes cumplió 40 años de existencia.


Si bien algunos pueden no conocer este film, sencillamente se puede decir que Memorias del Subdesarrollo es la película cubana más importante de su historia cinematográfica, y una de las más notables (y de avanzada) a nivel latinoamericano. Y no es un capricho de afanoso impresionado: su avezada edición (acorde con el conflicto-confusión de su protagonista), su juego de voces en off/on y sensaciones internas/externas, a la par que su deambular por la isla en las primeras etapas de la Revolución Cubana, hacen de ella una película influyente tanto a nivel formal como estructural y emotivo, como un documento histórico de la Cuba de los 60s (viendo sus calles y personas/personajes) y de las ideas circulantes en ese panorama de cambio social (gente a favor, gente en contra, y mucho confundidos e indecisos atrapados en medio de dos flancos ideológicos).

Pero Memorias del Subdesarrollo no es sólo un conjunto de análisis quirúrgicos vanagloriando sus grandes cualidades. Memorias es la obra de un hombre, de un director que junto a todos los técnicos y colaboradores detrás de cámaras (a quienes nunca hay que olvidar pues todos ellos aportan), plasmó en celuloide sus visiones, indecisiones y cuestionamientos sobre aquella isla donde vivió su vida y que en esos años estaba cambiando de color, forma y mentalidad. Son visiones sentidas. Son visiones confundidas. Son visiones del sujeto de a pie, de la calle.

Este director se llamó Tomás Gutierrez Alea (conocido cariñosamente como Titón, y conocido por estos lares por su film Fresa y Chocolate). Basándose en la novela de mismo título escrita por Edmundo Desnoes (también co-guionista), y con ciertas influencias de la Nouvelle Vague francesa, plasmó en Memorias los devenires, idas y venidas de Sergio (el actor Sergio Corrieri), un burgués cubano cuya familia huye de la isla frente a los grandes cambios socials provenientes de la Revolución de Fidel Castro. Sin embargo, frente a todas las comodidas económicas que se le cerraban, Sergio decide quedarse... y no es por apoyar la Revolución ni condenarla. Lo suyo era la búsqueda, el entendimiento de este proceso del cual deseó los mejores resultados, pero al cual proyectó sus mayores dudas. Lo suyo no era la esperanza.




Subdesarrollo: no alcanzar una meta y vivir en las inmediaciones del ¨casi¨… Y en este film, el pueblo cubano, sus calles, ideas y formas de vida transitan en este estado de no alcanzar una plenitud social, económica y política, puesto que las dudas de Sergio no vislumbran una salida feliz a toda esta Revolución. En el fondo es un hombre cuestionador y cree que el ser humano no alcanzará el bien soñado sino vivirá en el casi… Que esa es nuestra condena social… Social y no personal pues sería extremo negar la plenitud emocional, artística e intelectual de los cubanos que respiran frente a la cámara... Negarlo sería ser mezquino pues todo ser humano brilla en su particularidad. Así, el subdesarrollo del film podría definirse claramente como la brecha entre las metas no alcanzadas en un mundo macro y las plenitudes (siempre en el mundo caótico) de los seres humanos, pequeñas mechas de fuego aplacadas por cierto conformismo impuesto.




Y eso lo muestra Gutierrez Alea bajo los ojos de Sergio, el burgués que decide quedarse y vivir bajo su vision de escritor, experimentando de primera mano las vidas y sensaciones de La Habana, su Habana de los sesentas. Así, transita por calles, vidas y las lindas mujeres cubanas, a las que amará y de las que se enamorará… Pero su vision pesimista no sera negra y profunda, si no vivida, sentidida y colorida (a pesar de que el film es en blanco y negro)… Memorias del Subdesarrollo no es un tratado de críticas y odios, si no un transitar de las confusiones tanto de Sergio como de todos los personajes, y de todos nosotros, sujetos inmersos en grandes cambos sociales, económicos, emocionales y existenciales. Sujetos que ante el subdesarrollo exterior buscamos imponer la plenitud propia, las ganas de ver una ciudad, caminar por sus calles y a la vez que putearla, sentirte parte de ella y vivir. Esto tanto en La Habana como en Lima.


Escrito por: Francisco Alvarez


+ INFO
- Website de Tomás Gutierrez Alea
- Más sobre Memorias del Subdesarrollo



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