Imagen Fantasma

Vanidad y Muerte de Nuestro Tiempo
Sobre Nip Tuck de Ryan Murphy




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Algunas preguntas rondan nuestra
mente: ¿Ryan Murphy es un visionario?
¿Un perspicaz empresario envuelto en
la creatividad aguda y las callejuelas
del ego humano? ¿Un cronista de la
paranoias contemporánea? ¿Crítico
extremo que disfraza sus creaciones
en el glamour que todo ejecutivo
aceptaría comprar (financiar)? No lo se.
No lo sabemos. ¿Lobo en piel de
cordero o cordero en piel de lobo?


No lo sabemos ni lo sabremos. Sólo seguiremos la pista de este señor, creador de aquella magnifica serie llamada NIP TUCK, quien logró llevarnos por los distintos pasillos del cerebro humano donde placer y degradación forman parte de una misma célula. Algo así como el ying y yang de la vanidad de nuestro tiempo, intrínseca a nosotros los terrícolas. Esta serie sobre dos cirujanos plásticos nos invita a pasear por el mundo del glamour, la búsqueda eterna de la belleza y los patrones estéticos del siglo XXI… pero asolapadamente, sin que nos demos cuenta, nos rodea de un mundo sórdido, extremo, donde el ser hermoso es una carga, un don y una maldición. Así, la belleza no es fin sino medio, un agente liberador generador de conflictos existenciales, un catalizador de emociones profundas y destructivas. Genesis y Apocalipsis del Dionisio que somos todos.

Todo esto a través de grandes historias. Todo esto a través de grandes actuaciones y un guión virtuoso, divertido, atrapador. Una reflexión punzante como el bisturí de los doctores Troy y Mc Namara.

Doctores. Uno de ellos es un adicto al sexo (hijo de un psicópata) entrando en crisis pues todo su viaje de búsqueda hedonista se basa en un extremo vacío interior sólo curable con una vida establecida… si es que su ego y pulsiones lo permitieran. El otro es un conservador y familiar doctor cuyo mundo va crujiendo poco a poco, descascarándose hasta dejarlo sólo frente a su virtud… la cual dejará de lado en búsqueda de emociones diferentes.

NIP TUCK es una de las grandes series de la actualidad, junto a THE SHIELD (hito en el género polical) y las creaciones de J.J. Abrams (LOST, FRINGE, etc). Claro, en este punto entran a tallar los gustos personales y las tendencias dramáticas de cada uno… Pero lo que si queda claro es que toda esa avalancha de series televisivas ya hace tiempo superó en temática al cine hollywoodense, siendo pertinente esta comparación en tanto hablamos de ficciones audiovisuales norteamericanas con fines comerciales. Si bien el cine era la guía de antaño y el patrón de hallazgos narrativos y tendencias visuales (en comparación con una televisión llamada ¨burda¨, descaradamente ¨copiona del séptimo arte¨ y ¨mercantilista¨), hoy en día la famosa caja tonta marca las líneas a seguir y el pulso de una nueva necesidad de historias por parte del público. Los cuentos siempre existieron y existirán... las formas variaron, varían y variarán… y los narradores siempre se verán obligados a conectar con el hambre narrativo del receptor. Ahí es donde conectan la visiones de estos nuevos cuentacuentos y productores televisivos, a diferencia de los añejados jefes de las grandes compañías del cine, más conocidas como las mayors.

¿Qué pasó con las grandes mayors del cine? ¿Dónde están esas grandes producciones (hoy llamados horriblemente ¨blockbusters¨) que podían cautivarnos con un mundo de fantasía, un drama bien narrado o un intrincado suspense policíaco? ¿Cuándo el gran cine comercial (Spielbergs y etcéteras) dejo de ser grande y se volvió extremadamente predecible, más aún de lo que era antes? Pues dice el cuento que hace algún tiempo, los jefes de las grandes compañías productoras eran hombres expertos en escoger historias vendibles, rentables pero cautivantes: sabían cómo hacer un buen producto comercial. Hoy en día, esos jefes del ayer tienen nuevos jefes, más millonarios y más poderosos. Estos nuevos mandamases son ejecutivos de grandes corporaciones (donde el cine es uno de sus tantos negocios), empresarios que lo único que esperan es que sus productos sean similares uno al otro. Así como un productor de jabones espera que todos sus jabones sean idénticos pues una pequeña diferencia puede crear que sus consumidores opten por otra marca: la homogeneidad como seguro de vida. He ahí la razón, el dilema de tener películas con títulos cambiantes pero cuyas historias y actores son siempre los mismos. Exactamente los mismos.

Mientras tanto, ciertos guionistas entraron al poder en la televisión. De crear series en los noventas, cobraron notoriedad y manejo, volviéndose productores y generando nuevas propuestas. Ahí tenemos a Ryan Murphy, Shawn Ryan y J.J. Abrams, quienes no por gusto son guionistas. A diferencia de los productores de jabón, la escuela y visión de todo guionista es la búsqueda de una buena recepción a través de interesantes historias, sorpresas en la trama y la creación de personajes memorables. ¿Con qué sorprenderemos ahora a los espectadores? Esa es la pregunta clave, lo que siempre quisimos del cine y que sólo encontramos mirando hacia oriente (Park Chan Wook, Wong Kar Wai y mil etcéteras)


Algo de Nip Tuck

Y todo esto no quiere decir que la televisión sea nuestra salvadora, aunque tampoco es nuestra enemiga. Todo depende del uso y consumo. Todo depende de nosotros. Cabe mencionar que tampoco hablamos del cine independiente o de distintos países. Toda la reflexión se refiere a la ficción audiovisual norteamericana comercial… Por si acaso.

Tanta reflexión, palabras y puntos aparte sólo para homenajear aquella gran serie llamada NIP TUCK y para mencionar que su creador está a punto de parir un nuevo producto, una serie llamada GLEE, la cual esperaremos con ansias. Parece partir de algo así como HIGH SCHOOL, pero viniendo de Ryan Murphy suponemos desarrollará grandes personajes, interesantes preguntas y juegos de ambigüedades en ese mundo de adolescentes norteamericanos. Esperaremos para verla, para disfrutar o para putear. Ya veremos.


(Como verán, este artículo fue escrito hace como un año. La serie GLEE lleva tiempo en pantalla y a nosotros no nos gustó tanto. La expectativa era mayor... Claro, nos entretiene y tiene buena música, pero tal vez nuestra expectativa era muy alta)



Glee Promo, lo nuevo de Ryan Murphy


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