Revista TU FANTASMA + + + Pensamientos Extrasensoriales: Música y Cine

Instante Sónico

Mutantes y Caminadas
Las Canciones como Máquinas del Tiempo




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Todos sabemos que una sóla
canción puede apretar el botón
rewind de nuestro cerebro y
llevarnos a viejas situaciones,
añoradas emociones o una
que otra sensación difícil
de describir en palabras…
algo así como un olor o un
ambiente atmosférico.
Como cuando el clima, la
temperatura y el viento de
determinado momento te
teletransporta a cierta ciudad
en tal época del año con
cierta persona… o simplemente solo.

Una canción es una máquina del tiempo. Claro, es un discurso sociológico, un grito de rebeldía, una pieza literaria, un certeza de marketing. Una canción puede ser mil cosas pero básicamente puede ser un pulso de corazón, unas gotas de sangre transformadas en maquina del tiempo.

Alguna vez caminaste con los SEX PISTOLS en los oídos, o quisiste ser OZZY mientras escuchabas IRON MAN en la combi. Lo mismo con MOLDY PEACHES, NIRVANA, CHICO BUARQUE, MAZZY STAR, o hasta un CHARLY en momentos feeling-autodestructivos… Una canción te lleva a un momento del pasado que a manera de sensaciones estimula tus neuronas y te lleva a vivir dos realidades en una, la que vives en este momento mientras caminas por la avenida Grau y otra, la que sentiste en aquella ocasión cuando dicha canción tocó ese pequeño cerebrito sensible.

Pero lo loco es cuando una canción inventa recuerdos y te lleva a ellos. La música pinta paisajes en tus ojos y te invita a caminar en ellos… o también busca donde asociarse y se vuelve el soundtrack perfecto para lo vivido alguna vez y entonces, siempre que la escuches, regresaras a esos momentos mágicos, o (para no ser tan sensibleros) simplemente extrañamente particulares. Por ejemplo, navegando por el blog de CARRIE BROWNSTEIN de las SLEATER-KINNEY di con la canción que inició este post. Es de un grupo que me gusta mucho. Ellos son OS MUTANTES y fue un hallazgo el verlos en video. Y la canción me teletransportó a una tarde en Miraflores hace muchos años, cuando con mi amiga ÑAÑÁ compartimos una dosis de golosinas atómicas. La amabilidad humana de repartir entre dos algo que se tiene que ingerir de a uno y completo, hizo que no tengamos el viaje adecuado y pleno… Sin embargo la tarde confabuló para que la sensación aflorara, los colores se movieran al borde de nuestro eje visual y nos divirtiéramos hablando sobre detectives salvajes y noches pastrulas. Al escuchar la voz de RITA LEE en OS MUTANTES recordé esa tarde en el malecón y no me volví nostálgico ni nada, sólo decidí escribir y mandar un saludo a la ÑAÑÀ E.

Con ustedes, PANIS ET CIRCENSES




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